1.- Asegurándonos de que descansa al menos 7 horas al día, sin un móvil al lado que emita ondas que afecten a su cerebro y que suena por la noche impidiéndole alcanzar la fase del sueño profundo.
2.- Asegurándonos de que desayuna bien antes de ir a clase para que su cerebro esté alimentado y listo para el aprendizaje. Mejor si le acompaño mientras lo hace.
3.- Asegurándonos de que se sienta a la misma hora y en el mismo sitio todas las tardes para estudiar y realizar sus tareas. De esta forma, su cerebro adquiere un hábito y le ayuda a no distraerse.
4.- Asegurándonos de que apaga cualquier aparato que pueda distraerle durante su tiempo de estudio.
5. Sugiriéndole que empiece por la materia que le resulta más difícil. Si le cuesta cuando está fresco, imagina cuando está ya cansado.
6.- Sugiriéndole que vaya alternando las tareas escritas con el estudio, de tal forma que alterne lo más cansado con otras tareas más activas o entretenidas.
7. Recordándole que debe descansar unos cinco minutos cada hora. No hace falta que se levante de la silla. Basta con estirarse un poco, oír una canción, ir al baño o beber una infusión relajante.
8.- Ayudándole a afrontar poco a poco aquello que no entiende bien. Sugerirle que lea las oraciones despacio hasta que comprenda el texto o el problema. Recordarle que use el diccionario.
9.- Intentando ayudarle cuando no entiende algo, sugiriéndole que llame a un compañero para que le ayude si algo no está claro. Facilitarle el hecho de estudiar en grupo en casa.
10.- Recordándole que, antes de levantarse de la silla en la que estudia, revise la agenda y el horario escolar, para comprobar que tenga hecho y estudiado todo lo que necesitará al día siguiente y que no se deja nada fuera de la mochila.
TENGO QUE…ESTAR ORGULLOSO DE Mi HIJO/A Y NO PUEDO PERMITIR QUE PIENSE QUE NADA, NADA, NADA, ES DEMASIADO DIFÍCIL PARA ÉL O ELLA.
